Es principio fundamental del derecho penal que las sanciones deben ser proporcionales a las faltas. Por supuesto, ello ha de estar basado en una valoración de las transgresiones; algunas son más graves que otras, y por lo tanto, merecen un castigo más severo.
Nadie discute que el joven con algo de marihuana en los alrededores de un escuela cometió una falta que no puede ser pasada por alto, pero el castigo de cuatro años en prisión resulta excesivo, si se compara con otras conductas punibles que aparejan menos severidad o una similar. Procede, entonces, que el Gobernador, en el ejercicio de su discreción, le extienda un indulto al joven para que no sufra una pena sobre cuya desproporción hay consenso en el país.
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