viernes, 4 de mayo de 2012

Torcedura de brazo

No me parece del todo aceptable la solución judicial en el caso de la joven universitaria que fue sometida a la justicia por negarse a mostrar su identificación a la guardia del campus. La denuncia era a los efectos de que la joven incurrió en «obstrucción a la justicia» y «alteración a la paz», imputaciones que todos sabemos son comodines de los cuerpos policiacos para toda situación en la que ellos actúan mal, y buscan justificar sus excesos. Aun cuando la joven se excediera en algo en su reacción, se comprende su indignación ante la práctica abusiva y selectiva de los guardianes.

Me preocupa más la manifestación de la juez del caso, en el sentido de que «los agentes del orden público se respetan». Muy bien, pero debió añadir que los agentes del orden público deben respetar los derechos civiles y humanos de los ciudadanos, y no violarlos so color de autoridad. Con esa expresión, queda la sensación de que la juez tomó partido a favor de los guardias -- quizá por ser de esos magistrados que siempre le dan el beneficio de la duda a los policías -- y, con la amenaza de meter a la muchacha seis meses a la cárcel, logró que se humillara públicamente pidiendo una disculpa forzada, como condición para archivar el caso.

Una mejor solución hubiera sido el archivo del caso «en pro de la justicia»...

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