sábado, 26 de mayo de 2012

Por el ojo de la cerradura

Cuando leí el siguiente titular, pensé que se trataba de otro escándalo sexual de los que nos tiene acostumbrados la Iglesia Católica: «Arrestan por fisgón al mayordomo del Papa». Ya me imaginaba al individuo espiando a las monjitas vaticanas en sus abluciones matinales o algo así. Pero, se trata de algo más pedestre y menos excitante. El individuo ha sustraído unos documentos «secretos» del Vaticano, y se los ha llevado para su casa. (Algo muy comprometedor habrá en ellos, estoy seguro.)

Me parece que el titular da lugar a este equívoco, pues, aunque «fisgón» es una persona que husmea, lo cierto es que su acepción más conocida y aceptada es la de quien espía a otros, sobre todo en una situación sexual. Para decirlo en puertorriqueño: un «ligón». Claro, es posible que el mayordomo de Ratzinger haya estado fisgoneando detrás de las pesadas cortinas de los apartamentos papales, y haya oído o visto algo que le motivara a apoderarse de esos documentos.

Que, con lo deprestigiado que está el Vaticano, no hay que dudar nada...

No hay comentarios: