En una muestra más de que el sistema judicial de Estados Unidos está fundamentalmente al servicio de la política, sobre todo en asuntos de «seguridad nacional», el Tribunal Federal de Apelaciones para el Noveno Circuito le ha reconocido inmunidad parcial al abogado del Departamento de Justicia que justificó oficialmente la tortura en aquellos años inmediatos luego del 11 de septiembre de 2001. Dentro del contexto del pleito incoado por el puertorriqueño José Padilla y su madre, ese tribunal ha tenido la desfachatez de resolver que, para esa época, no estaba del todo claro que lo que se le hizo a Padilla constituyera tortura, y que, por lo tanto, la opinión que avaló ese proceder no era del todo incorrecta ni es base para fijar responsabilidad civil.
Basta, sin embargo, leer el recuento que la opinión del tribunal hace del trato que se dio a Padilla durante tres años y medio de cautiverio, para apreciar su tortura. Y para darse cuenta de lo torcido y tortuoso del «razonamiento» jurídico de esta disparatada decisión.
(Tomo un descanso hasta el 22 de mayo.)
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