El embarre americano en el campo de tortura de Guantánamo sigue dando de qué hablar. Un tribunal federal de Estados Unidos, en un pleito por abusos contra los detenidos, acaba de ordenarle al Pentágono que entregue unas grabaciones que muestran la forma en que los guardias los sacaban de sus celdas. En un acto de cinismo monumental, la parte demandada se oponía, alegando que ello violaría la intimidad de los guardias. Éste es solo uno de los pleitos en los que se solicitan las grabaciones de lo que ocurre en esa instalación ya infame por el trato inhumano al que se somete a personas que ni siquiera han sido acusadas formalmente.
Al igual que los nazis en su momento, los americanos tienen la desfachatez de fotografiar y grabar su barbarie en el campo de batalla y fuera de éste. De ahí que ésa sea la mejor prueba en los procesos civiles o penales que se presenten para reivindicar derechos y fijar responsabilidades por esos desmanes.
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