El informe de Amnistía Internacional sobre el año pasado en Puerto Rico confirma lo que el país entero sabe porque lo padece: los derechos civiles y humanos están en precario, a causa de un gobierno fascistoide. Un estado de derecho vulnerado por prácticas de corte totalitario impulsadas desde el Poder Legislativo, con la anuencia de un Ejecutivo pusilánime y un Poder Judicial secuestrado a todos los niveles por el partido de gobierno nos han cambiado las reglas de juego democrático y liberal, dando paso a la persecución y la represión más o menos descarnadas. Con algunos matices, vivimos un estado policiaco, con un barniz cada vez más tenue de legitimidad. Se manipula la legalidad para validar el atropello y el menoscabo de derechos individuales y colectivos de quienes osen afirmarlos. Se legisla la sinrazón, se la pone en práctica y se sostiene en los tribunales y foros administrativos. La derecha tiene todas las sartenes, con sus respectivos mangos.
Y, como denuncia AI, los «sartenazos» son la orden del día en nuestro país.
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