Regreso de España, luego de dos semanas, y me entero de que se ha dictado una orden judicial para que no se le provean alimentos y agua a los estudiantes en paro, y que el asunto se discute en el tribunal. Me hubiera gustado presenciar la audiencia en la que se logró ese despropósito, para escuchar los argumentos a favor de ello y el dictamen del juez. Yo suponía superada la etapa en la que se establecían los asedios, cercos o sitios para rendir por hambre una plaza en la antigüedad, pero que un tribunal siquiera permita que se plantee el asunto es un bochorno para nuestro sistema de derecho. No puede haber fundamento alguno para que se le niegue agua y comida a quienes ejercen pacíficamente sus derechos constitucionales.
Los bárbaros han sentado plaza entre nosotros.
1 comentario:
Si no me equivoco, el juez lo nombró Aníbal Acevedo Vilá. Yo lo mandaría a tomar un cursito de derechos civiles, para que sea más civilizado; claro, el problema es que al momento de criticar no me callo y me convierto en la disidencia en estos asuntos y en otros también.
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