Parece que a los cubanos del exilio se les ha olvidado el español. Sobre su campaña a favor de los presos políticos en Cuba, el periódico dice: «Elogian acción de la Iglesia y añoran las liberaciones».
¡Cosa más grande, caballero! Ahora resulta que se puede añorar lo que no se ha tenido. Parece que su contacto con las Damas de Blanco les ha dejado en blanco su conocimiento del lenguaje. Se añora lo que se ha tenido y se ha perdido. Se anhela lo que se desea tener. Por eso, el exilio anhela la muerte de Fidel y de Raúl porque añora la Cuba de Batista...
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