martes, 25 de mayo de 2010

¡No hay perdón de Dios!

Nunca he entendido cómo es posible que a un padre o a una madre se le pueda olvidar un hijo dentro de un vehículo, sobre todo durante un periodo prolongado. De la forma en que ocurren las cosas en la vida real, resulta improbable que alguien, por más distraído o preocupado que esté, no se percate de que no tiene consigo a un hijo con el que salió de su casa o recogió en el camino hacia algún lugar.

Vamos a aclarar algo. El descuido puede ser de tal naturaleza, que llegue a la categoría de negligencia, y ésta puede ser criminal. De manera que, quienes piensen que no debe penarse a una madre en una circunstancia como ésta, están bien equivocados. La muerte o grave daño a una persona, sobre todo si es un menor de edad tan tierna, no puede despacharse con el socorrido argumento de que no hubo «intención». Al igual que con el pecado, se puede delinquir por comisión y por omisión de cumplir con un deber. Lo «mejor» que se puede decir de alguien que olvida a un niñito en un auto es que no está capacitado para ser un buen padre.

Hay algo que me llama la atención en estos casos. Tengo 60 años, y hasta hace unos pocos, no recuerdo que esto ocurriera con resultados fatales o de grave daño. Me parece raro que desde aquel caso que se produjo hace algunos cinco años, ha habido varios similares. En inglés, le llaman copy cat a los delincuentes que usan el mismo modus operandi. Tanta casualidad me resulta demasiado sospechosa.

Por cierto, se informa que la niñita tenía unos golpes...

1 comentario:

Jaime Riera Seivane dijo...

Hoy, la Secretaria de la Familia, según la prensa, justifica todos estos actos por una cuestión de "prisa".

Coincido contigo, la prisa o el "ajoro" no es excusa para semejante olvido. A quién se le ocurre, tres horas después, acordarse de una niña en un asiento especial en el interior de un auto. Por qué no se preguntan todos estos funcionarios, como si los otros hijos salieron, la pequeña no lo hizo. Aparenta ser que el culto es más importante que el bienestar de los menores; ya mismo entrevistarán a toda esa feligresía y ministro para hablar de la excelente madre que es esta señora.

Yo no perdono a esta madre ni al otro adulto que iba con ella. La Justicia debe aplicársele, a pesar de que "pueda estar dolida", tanto civil como penalmente. El "dolor" del alma no es suficiente para el dolor y trauma causado a un infante.

Que le apliquen todo el peso de la Ley, si es que se cree en ella.

De paso, como nota curiosa, ya la identidad de los menores no se protegen en este País. En este caso en particular, publicaron el nombre completo de la menor. Por qué no aprendemos de otros países más "civilizados" que en cuestiones de familia no se identifican a estas personas por sus nombres, sino por sus iniciales solamente. Este es el poder de la prensa capitalista, vender mas no informar.