Gobernando por decreto

El Gobernador de Puerto Rico ha hecho lo mismo que el Presidente de Estados Unidos. Ante un Poder Legislativo que no le responde en un asunto, ha optado por el recurso de una orden ejecutiva para adelantar una causa; en este caso, prohibir el uso de bolsas plásticas en los supermercados, habida cuenta de su efecto en el ambiente. Al igual que Obama, García Padilla está en su último - y único -- término, no por disposición constitucional como aquél, sino porque ni su partido lo quiere.

En nuestro caso, no se trata de que en la legislatura haya una mayoría de otro partido, sino de que la que controla su partido le es adversa, pues no le reconoce liderato. Entonces, como una medida temporal, en lo que logra que su partido apruebe una ley al respecto, el Gobernador se ve obligado a conformarse con establecer un estado de derecho menguado, prueba de su debilidad política.

Debilidad que terminará pronto con su muerte política.

«Invisible» la indecencia

En nuestro país ya casi nadie usa la palabra indecencia, no porque no abunde lo que debe calificarse de ello, sino por todo lo contrario. Lo indecente o indecoroso se ha vuelto tan común que ya nadie lo reconoce como tal. Peor aun, goza de una gran aceptación. Son frecuentísimas las faltas de honestidad y pudor que se viven, en el actuar, el decir y el vestir, con la complacencia del público general, aun de autoridades escolares y hasta religiosas en los templos.

En fin, abunda la indecencia, pero pocos la reconocen, y por eso no la nombran así.

Una excusa para el fascismo

La ONU sigue poniendo su dedo en las llagas del derecho internacional y los derechos humanos en todo el mundo. Vuelve a señalar algo que sabemos: muchos países han aprovechado la «guerra contra el terrorismo» -- de suyo legítima -- para aprobar legislación y adoptar prácticas que violan los derechos constitucionales, civiles y humanos de individuos y organizaciones contestatarias de gobiernos y regímenes. Es así como se criminalizan la protesta y otros cuestionamientos de las políticas fascistoides que han implantado dichos gobiernos.

Es el caso irónico de que, en la lucha de «nosotros» contra «ellos», terminamos pareciéndonos a  «ellos».

Cuidando de la hacienda

Una palabra que definitivamente ha caído en el olvido colectivo es hacendosa, para referirse al ama de casa en la realización de las tareas domésticas. De que las hay, las hay, pero cada día son menos, pues muchas ven el trabajo en la casa como algo denigrante o indigno de la mujer del siglo XXI... o de finales del XX.  Otras se limitan a ser buenas anfitrionas, es decir, las que mandan a las sirvientas a hacer el trabajo.

Cierto es que la mujer se ha incorporado plenamente al mundo del trabajo asalariado, y ello le resta tiempo hábil para ocuparse de los quehaceres del hogar. Pero, ello no es óbice para que se sea hacendosa dentro de los límites de lo razonable. Que también hay quien conjuga ambos roles muy satisfactoriamente, sin grandes dificultades, habida cuenta de las facilidades que la vida moderna nos ofrece.

Un techo para todos

No se hace lo suficiente para atender a los deambulantes y a los «sin techo» en todo el mundo. Así lo ha denunciado la ONU en un informe sobre el derecho a la vivienda, uno de los más apremiantes de todos los derechos humanos. Los países -- incluido el nuestro -- no han desarrollado una estrategia eficaz para proveer vivienda razonable a sus clases más menesterosas. Mientras en Puerto Rico, por ejemplo, los gobiernos se desviven por ofrecer ventajas contributivas a constructores de casas y apartamentos de lujo o de precios inflados -- que después no se pueden vender -- es muy poco lo que se ha hecho para estimular la llamada «vivienda de interés social», eufemismo para evitar decir «para los pobres».

Con el empobrecimiento progresivo de la clase media y la clase trabajadora, aumenta el número de personas que se quedan sin casa porque no pueden pagar la que compraron, o ni siquiera pueden llegar a tenerla o a pagar un alquiler de manera consecuente. Es así como el problema se agrava a pasos acelerados, y con ello urge que se reivindique el derecho a la vivienda como derecho humano esencial.

Los cobardes del Caribe

He aquí otro concepto que ya resulta casi ajeno a buena parte de nuestra gente y, por ende, ausente de su vocabulario. Se trata de gallardía, actitud de «esfuerzo y arrojo en ejecutar las acciones y acometer las empresas». Contrastan el apocamiento, la docilidad y la sumisión de nuestra gente ante las adversidades de la vida colectiva e individual. La dependencia extrema que padecemos de manera endémica en nuestro país ha menguado nuestras fuerzas espirituales, reduciéndonos a una casta de gente pedigüeña y suplicante, incapaz de exigir y de procurarse su propio destino.

No hay gallardía. Por eso no figura en nuestro vocabulario.

Muy poco, muy tarde

El emasculado Poder Judicial de Puerto Rico anuncia, como quien pone una pica en Flandes, la suspensión de funciones judiciales, pero no de sueldo, del juez César Mercado Santaella. Muy bien, pero muy tarde. Veamos.

Al infame juez le habían presentado una querella por conducta contraria a la ética en 2011. Nada pasó. En enero de 2015 la Comisión de Disciplina Judicial recomendó sacarlo del estrado. La Jueza Presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico rechazó dicha recomendación No es hasta octubre de 2015 que, ante otra querella por faltas a la ética, se le suspende.

Los hechos de las fechorías de este juez son harto conocidos en el país. Su magnitud y naturaleza no dejan margen para la duda de si puede mantenerse como juez o siquiera como abogado en el ejercicio de la profesión. En este caso, la mera duda ofende, y la vacilación para proceder a destituirlo es inconcebible.

Del vacilón

Por falta de ellas en nuestro medio no es, pues las sigue habiendo y muy sonadas. Mas, la palabra francachela, aunque no se usa, es muy apropiada para describir ciertos festejos en la vida pública y en la privada, en los que se come y se bebe «en general sin tasa y descomedidamente». En esta cultura del exceso en el que vivimos -- sobre todo en el beber alcohol -- hay francachelas sin límite, con fondos privados o públicos. De ahí problemas como el alcoholismo y la obesidad, por falta de control en el consumo cotidiano. En la francachela también suelen haber otros desenfrenos, bajo los efectos desinhibidores del licor, por lo que el término tiene un alcance más negativo.

En fin, no la usamos, pero de ella abusamos.

Chi cagaron

Chicago, cuna del gansterismo, tiene en sus filas de agentes del orden público algunos que operan al margen de la ley. Una reciente demanda de tres individuos negros detenidos imputa que fueron sometidos a prácticas rayanas en tortura en un lugar «extraoficial».

Y es que parece que estos policías se inspiraron en el centro de detención de Guantánamo y en otros a través del mundo en los cuales el gobierno de Estados Unidos se ha ocupado sistemáticamente de violar los más elementales derechos civiles y humanos de los detenidos.

Supongo que los policías pensaron que lo que es bueno para los militares de su país también lo es para ellos.

Lo malo es para los ciudadanos, sobre todo si son negros.

Tiempo de desaliño y extravagancia

Si alguna palabra debería estar en boca de todos en estos tiempos, es estrafalario, pues nada más salir a la calle se comprueba su utilidad para describir al común de las gentes, sobre todo a un gran sector de los jóvenes. Por supuesto, no es solamente el desaliño general lo que amerita su uso, sino que la acepción secundaria de «extravagante en el modo de pensar o en las acciones» también viene muy al caso para referirnos al proceder de muchos que buscan llamar la atención desesperadamente.

Pero, la realidad es que esta voz, que en otro tiempo fue de uso frecuente, ya no se escucha entre nosotros, por falta de cultura léxica.

La reina de la tortura

A la CIA hace tiempo que le caen chinches por todas las pocasvergüenzas que ha hecho en los pasados casi 70 años; sobre todo las de épocas más recientes, que ya no pasan inadvertidas. Ahora, un grupo alemán defensor de los derechos humanos ha denunciado penalmente a una alta funcionaria de la Agencia, por la tortura durante cuatro meses de un ciudadano alemán de ascendencia árabe que confundieron con otro de nombre muy parecido. A la mujer se le conoce como «La reina de la tortura» entre los que saben de estas cosas.

Los alemanes han aprovechado las revelaciones del informe del Senado americano sobre la tortura practicada por sus servicios de inteligencia y fuerzas armadas, para meterle un dedo en un ojo a los americanos, que le han espiado a Merkel con gusto y ganas.

Cuando no hay decoro

Quizá porque hay muy poco en nuestro medio, el término decoro, hace mucho tiempo, cayó en desuso entre nosotros. En sus acepciones de «honor, respeto, pureza, honestidad, honra, pundonor», no hay mucha ocasión de aplicarlo, ni en la vida privada ni en la pública. Y, por la situación económica de explotación que se vive, tampoco se puede usar la acepción de «nivel mínimo de calidad de vida para que la dignidad de alguien no sufra menoscabo».

En fin, en ausencia del decoro, vivimos en un mundo decorativo.

La ley del revólver

Los americanos no tienen remedio ni salvación. Con tanto tiroteo en ese país, ahora, en Maine acaban de aprobar una ley que permite que una persona pueda llevar oculta un arma de fuego para la cual tiene licencia de posesión. Para lo que no necesita licencia es para portarla de manera surrepticia. O sea, ahora la gente de ese estado puede ir armada a todos lados, sin tener que siquiera tomar un cursillo acerca de la forma segura de manejar y portar un arma de fuego. Uno pensaría que, con la experiencia reciente, habría una mayor conciencia cívica al respecto.

Pero, evidentemente, a los americanos les encanta entrarse a tiros; así como entrarle a tiros a otras gentes. Es algo que está en el ADN nacional.

De milicia y milicianos

Siempre he sospechado que los puertoriqueños no usan la palabra castrense para referirse al ejército o lo militar porque, por ignorancia y prejuicio, creen que se trata de una referencia al régimen de Fidel y Raúl en Cuba. Quizá ahora que lo cubano está de moda y los americanos empiezan a dar permiso para que se pueda reconocer que Cuba es parte del planeta, los dóciles e ignorantes boricuas puedan distinguir entre castrense y castrismo o castrista.

¡Cosa más grande, caballero!

Enderezando lo torcido

Por fin, Chile se encamina a corregir el error histórico de una constitución adoptada bajo un régimen dictatorial como el de Pinochet. Las constituciones suponen el ejercicio de libertad y soberanía popular que no están presentes en un estado policiaco como el que se vivía durante la época de Pinochet. Por lo tanto, por más que fuera aprobada por el voto popular, ese documento era nulo ab initio. Aun así, han pasado 35 años para que el país decida que ya es tiempo de darse una nueva y verdadera constitución.

Por razones parecidas, la de Puerto Rico tampoco es una auténtica constitución, pues no es el producto de un ejercicio soberano, sino de una ley del Congreso de Estados Unidos que lo autorizaba, pero reservándose el poder de veto que, de hecho, ejerció, eliminando la sección 20 de la Carta de Derechos según aprobada por los puertorriqueños.

Los puertorriqueños deberíamos seguir el ejemplo de Chile, y rectificar el engaño de 1952, aprobando una constitución como un país libre y soberano.

Algo que no hago

He aquí otro vocablo que resulta muy útil, pues resume muy bien una práctica común cuya descripción es algo larga. Se trata de la voz bricolaje, poco conocida y menos usada en este desierto léxico en el que vivimos. El Diccionario de la RAE la define así: «Actividad manual y casera de reparación, instalación, montaje o de cualquier otro tipo, que se realiza sin ayuda profesional».

O sea, nada que ver conmigo.

Tábano en el tribunal

La American Civil Liberties Union, aguijón de la conciencia americana, continúa reivindicando los valores fundamentales de los derechos humanos, tan vulnerados por el aparato gubernamental de Estados Unidos, sobre todo a partir del 11 de septiembre de 2001. Acaba de demandar a los dos psicólogos que desarrollaron y supervisaron la práctica de métodos de tortura por parte de la CIA, objeto de condena internacional y del propio Senado de Estados Unidos, que concluyó que no solo eran métodos ilegales, sino ineficaces.

Llevar este pleito contra estos dos profesionales que deshonraron su ministerio de ayudar al prójimo aquejado por problemas emocionales o mentales, convirtiéndose en autores intelectuales de la tortura, es una gestión digna de encomio de la ACLU, con la cual se intenta reparar en algo el intenso y largo agravio estadounidense a la dignidad humana en su mal llamada «guerra contra el terrorismo».

Algo que no soy

Nuestra pobreza léxica -- incrementada con cada generación -- nos lleva al desuso de palabras muy útiles y a consiguientes circunloquios. Quizá porque no hay muchos en el país, el término abstemio resulta desconocido y poco usado. De ahí que, cuando viene al caso, la gente dice de sí misma o de otro, que «no bebe» o «no bebe alcohol o licor».

¡Brindo por que hablemos y escribamos mejor el español!

Multas en «baratillo»

He dicho antes que nuestro ordenamiento jurídico queda muchas veces debilitado por la mala costumbre de legislar amnistías, excepciones, exenciones y relevos de todas clases, por lo que casi nunca se cumple las condiciones o sanciones originales. A veces se delega a la agencia gubernamental la facultad de variarlas. Tal parece que se ha dado el caso de un abuso de discreción al respecto en el Departamento de Asuntos del Consumidor.

La Ley 142-2015 de 3 de septiembre limita a un 35% la rebaja de las multas -- que pueden llegar hasta $10,000 -- impuestas por DACO. Es de suponer que el Secretario ha puesto algunas multas en «baratillo», y se le ha ido la mano. Dejando a un lado la necesidad de corregir una práctica de esa índole, la pregunta forzosa es por qué la agencia rebaja las multas que impone en primera instancia. Si el monto de las multas es producto de un proceso ponderado, no debe haber necesidad de modificarlas.

Obviamente, ello no es así. O se favorece a algunas empresas indebidamente...

Dándole a César lo suyo

Una de las frases latinas más citadas -- invariablemente mal -- es el mensaje de Julio César al Senado romano luego de una de sus batallas: Veni, vidi, vici, es decir, «vine, vi y vencí». El vulgo generalmente dice: vini, vidi, vinci, por aliteración y pensando en Leonardo.

Que conste en acta.

Mala química

Las universidades en Estados Unidos son sitios muy peligrosos; así lo demuestra la racha reciente de matanzas y tiroteos, que viene a sumarse a las de hace varios años en otros centros de enseñanza a distintos niveles. Hay, por supuesto, otras clases de agresiones individuales, entre ellas las sexuales, que son una plaga muy mal atendida en el ambiente universitario.

En este contexto de inseguridad personal, resulta significativo el dictamen de un tribunal apelativo californiano que rechaza la tesis de que la institución educativa tenga el deber de proteger a los alumnos de actos de violencia de sus condiscípulos. En este caso, una joven fue agredida por un compañero de clase en un laboratorio de química en UCLA.

Aunque podría parecer injusto imponer responsabilidad a la universidad por algo así, ocurre que el agresor había presentado síntomas de esquizofrenia, algo que hacía previsible su comportamiento violento. No obstante lo anterior, el tribunal no acogió ese planteamiento de previsibilidad, que generalmente da lugar a la responsabilidad civil.

En fin, estudiar en Estados Unidos es peligroso.

Sin autoridad

He aquí otra frase en latín, usada mucho en el Derecho, que ha pasado al habla popular, aunque no siempre bien empleada.  Los abogados decimos que una acción es ultra vires, es decir, «más allá de los poderes», cuando se realiza sin autoridad de ley, como puede ser la de una gestión o transacción gubernamental para la cual no hay base jurídica, bien porque sea contraria a la ley o la reglamentación aplicable o porque quien la lleva a cabo carece de la facultad para ello porque no tiene competencia o jurisdicción o su nombramiento no provee para ello o ha expirado, por ejemplo.

Médicos que necesitan curarse a sí mismos

Continúa el fraude médico contra las aseguradoras. Otro doctor, inconforme con ganarse la vida honradamente, estuvo cinco años certificando incapacidades para 35 pacientes que reclamaban por ello al seguro. Con esta práctica, se agenció $975,000 indebidamente.

En esta época, en que se discute en el país el alto costo de los servicios de salud, hay que señalar que estos esquemas fraudulentos los encarecen, además de constituir una mancha para la clase médica. La respuesta tiene que ser clara y contundente: reclusión carcelaria y pérdida de por vida de la licencia para ejercer la medicina.

Tabla en blanco

Con alguna frecuencia nos topamos con la frase latina << tabula rasa >>. Literalmente significa << tabla o tableta en blanco >>, proveniente del instrumento de escritura de los antiguos romanos. Pero, con el desarrollo científico, se usó para explicar la teoría de que se nace sin conocimiento alguno, y lo que se aprende se escribe en esa tabla en blanco.

El concepto ha evolucionado para referirse a una especie de << borrón y cuenta nueva >>, un empezar desde cero, luego de eliminar o perdonar una falta.

Los negros son siempre sospechosos

Le deseo suerte. El gobierno de California ha aprobado una ley orientada a reducir -- eliminar sería mucha pretensión -- el uso de perfiles raciales para las intervenciones policiales. Como se sabe, en Estados Unidos es muy común basar los << motivos fundados para creer que se ha cometido un delito >>, o la sospecha que dé lugar a una detención, en las señas de identidad racial. En otras palabras, si es negro, es culpable o, por lo menos, sospechoso. De ahí que esté plenamente documentado que la inmensa mayoría de las detenciones callejeras se da contra los negros, una práctica abusiva que ha sido condenada reiteradamente por organismos nacionales e internacionales defensores de los derechos humanos.

Esta ley, que exige mayor rigor en los informes policiacos sobre las intervenciones con los ciudadanos, para pasar juicio sobre su validez, ya enfrenta críticas y oposición dentro de la misma policía californiana, que la tilda de << burocrática >> en extremo.

Por eso, le deseo suerte a los que creen ver en esta ley una forma eficaz de combatir el racismo policiaco californiano.

Sic, para curarnos en salud

En un mundo en que se cometen tantos errores en la redacción, la palabra <<sic>> en latín resulta sumamente útil cuando se cita un texto. Con el significado de <<así es o está>>, quien escribe comunica al lector que lo citado aparece con un error -- que es o debe ser evidente para el lector -- y del cual es consciente quien hace la cita. Dicho de otra manera, aclara que el error no es suyo, sino del autor original.

Favor inmenso que se nos hace a los autores y editores, para salvar nuestra imagen profesional.

Un pleito justo y necesario

Un argelino que estuvo detenido 12 años en Guantánamo sin que le formularan cargos se ha dejado de chiquitas y ha demandado al gobierno de Estados Unidos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por esa barbarie y todas las otras a las que fue sometido por los alegados custodios de la decencia humana en esta galaxia. Pero, eso no es todo, pues los americanos, cuando se hartaron de abusar de él, lo devolvieron a Argelia, haciendo caso omiso de su protesta, pues allá es parte de una minoría que sufre persecución.

He aquí otro ejemplo de una atrocidad jurídica que ha durado 13 años, y sobre la cual muchos, que se rasgan sus vestiduras por otras situaciones en este hemisferio, callan cobardemente, para no indisponerse con el imperialismo yanqui.