El Tribunal Supremo de Polonia, muy acertadamente, ha decidido que el compañero supérstite en una pareja homosexual tiene derecho a permanecer en la vivienda alquilada ocupada hasta el momento de la muerte de la otra persona. En el caso que dio lugar a esta decisión se trataba de una pareja que había ocupado un apartamento durante nueve años, y que ahora los dueños querían desahuciar al hombre porque consideraban que no tenía derecho a permanecer viviendo allí. Es entonces cuando el Supremo polaco extiende el beneficio que ya existía para matrimonios, parejas heterosexuales y niños.
Y es que el derecho a la vivienda es fundamental, y no puede negarse sin justa causa. Que se desapruebe de una relación por razones de índole moral no puede justificar tirar a la calle a una persona que, como en este caso, ha vivido mucho tiempo en un lugar sin haber dado motivo para su desahucio. La igual protección de las leyes es un principio general del Derecho, que no puede estar sujeto a interpretaciones que lo coarten indebidamente.
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