miércoles, 5 de diciembre de 2012

Contagio lingüístico

No me canso de decir que desconocemos palabras de toda la vida, y las sustituimos por otras que se asemejan pero son incorrectas. A página completa del diario, los compañeros de trabajo del publicista asesinado le rinden homenaje, señalando, entre otras cosas, «tu contagiable sonrisa...». Lo cierto es que la palabra no aparece en el Diccionario de la RAE; sí la que usted y yo conocemos: contagiosa, que aunque se usa principalmente para referirse a las enfermedades, por extensión, también se aplica a la alegría y otros sentimientos positivos.

En todo caso, si existiera la palabra «contagiable», por su forma, tendría el significado de lo que es susceptible de contagiarse, mientras «contagioso» es lo que contagia. Obviamente, en este caso, lo que se destaca es la capacidad del joven de trasmitir -- o contagiar -- a los demás su alegría.

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