El Poder Judicial de Inglaterra y Gales se ha negado a permitir la eutanasia de un hombre que, en esencia, está atrapado en su cuerpo, «viviendo» la agonía de una enfermedad dolorosa e incurable. El Tribunal ha escurrido el bulto de su resonsabilidad, aduciendo la separación de poderes, según la cual le corresponde al Poder Legislativo establecer la política pública. En este caso, la ley británica no acoge la eutanasia activa.
Lo cierto es, por supuesto, que todos los días en todas partes del mundo los tribunales «legislan», estableciendo normas de ley que no surgen explícitamente del derecho estatutario. En la interpretación de la ley y su aplicación a los hechos específicos de un caso, hay espacio para ajustes, distinciones y precisiones que dan lugar a nuevas normas jurídicas. Ello es parte esencial de la vida del Derecho.
Los tribunales no son de la Ley ni del Derecho, sino de Justicia. Un hombre que sufre la desdicha de un destino cruel merece la Justicia que solo el Tribunal puede hacerle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario