Evidentemente, en esto del abuso sexual contra niños - sean propios o ajenos - nadie «está libre de pecado.» Un rabino - de ésos que gustan de rasgarse las vestiduras por todo - neoyorquino ha sido condenado a 30 años de prisión por abusar de su hija. Para colmo, el individuo se defendió solo en el juicio y se dice que fue muy duro en el contrainterrogatorio con su hija. Los rabinos tienen fama de ser muy doctos en hermeneútica y en toda clase de disquisiciones sobre la ley de Jehová, así que el hombre, como Jalisco, no quiso perder, y probó suerte con la ley de los hombres.
Pero, al igual que muchos otros antes que él, descubrió algo que no está en el Torah, mas, es una verdad como una sinagoga: quien se defiende a sí mismo, tiene a un tonto como cliente.
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