viernes, 8 de mayo de 2009

Con guardias así...

He dicho antes que la prevalencia de guardias de seguridad pública y privada en nuestro medio me parece un elemento inconveniente y peligroso, pues nos pone a merced de personas con ciertas actitudes negativas: inclinación desmedida hacia el control y agresividad. A ello hay que añadir que, generalmente, se trata de individuos de escasa inteligencia para entender su función y poca disposición al diálogo.

El incidente en Carolina parece ser uno de ésos en que se combinan factores que requieren un uso juicioso de la fuerza bruta y los métodos letales, ante un problema de orden público. Aunque hay versiones contradictorias, hay ciertos indicios de que es posible que el roce anterior entre la víctima - un joven con problemas de salud mental y de conducta - y el victimario haya creado cierta animosidad que propiciara una mayor disposición a la violencia de parte del guardia.

Cada día más cobra fuerza la pregunta planteada hace siglos: «¿Quién nos protege de quienes nos protegen?»

1 comentario:

Jaime Riera Seivane dijo...

Ya Puerto Rico no es un país de Ley y Orden. El sistema ha colapsado y nuestros representantes, en todas las ramas de gobierno, no nos proveen respuestas o soluciones a una situación que va "in crescendo"; la violencia en nuestras calles.

Los anuncios con sus estribillos de "Que nos pasa Puerto Rico" y otros no funcionan; solo funcionan para las empresas o firmas de publicidad, que obtienen su lucro con ideas pueriles.

La mayoría de las muertes están vinculadas al "bajo mundo". Es hora que nos tomemos en serio el evaluar, como una vez lo hizo Colombia, un manifiesto para legalizar y controlar las drogas; no mediante leyes penales, sino leyes que permitan su consumo comedido.

Los años y la experiencia me han demostrado que los grandes intereses, y no quisiera pensar en los gubernamentales, han encontrado, en ese mercado obscuro, el móvil de sus economías. Sin las drogas, no hay ventas de artículos de lujos y los grandes mágnates de empresas multinacionales no podrían sufragar sus "caprichos".

Yo sé que es una medida extremista, hasta me pudiera señalar como un desquiciado por proponerla, pero es hora de que se reconozca que la batalla contra la droga no es la respuesta a nuestros problemas y se ha perdido hace tiempo. No hay mano dura contra el crimen que funcione. No funcionó con Rosselló ni funcionará con gobernador alguno.