Los americanos acaban de soltar a un marroquí detenido en Guantánamo durante trece años sin que le formularan cargo alguno. De hecho, desde enero de 2010, luego de una revisión de su caso, se había determinado que debía liberársele. Pero, como ha quedado demostrado, las autoridades militares mandan más que cualquier instancia, incluida la presidencial. Así que estos últimos cinco años y pico de encierro fueron «por la casa».
He dicho varias veces que lo que ha ocurrido -- y continúa ocurriendo -- en Guantánamo es uno de los episodios más negros en la muy negra historia de Estados Unidos de América. Muchos han callado cobardemente ante este egregio abuso de poder, que hiere la sensibilidad moral del ser humano y, muy particularmente, la de los hombres y mujeres del Derecho en todas las latitudes.
Es vital que demos testimonio, denunciando esta atrocidad jurídica, que pasa inadvertida, por la poca publicidad que le dan unos medios de comunicación muy selectivos a la hora de condenar los abusos de los derechos humanos.
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