«Lo malo es lo que se pega». Siguiendo el mal ejemplo de Kim Davis, ahora un juez de Ohio se negó a oficiar ceremonias matrimoniales, como subterfugio para no casar parejas homosexuales. Evidentemente, la táctica es que no se pueda señalar que se discrimina; de ahí la decisión de no casar a nadie.
Pero, ese cuento no se lo ha creído la Junta de Conducta Profesional del estado, la cual ha prohibido esa subversión del estado de derecho. Tergiversando la libertad de conciencia y la de culto, los homófobos unidos pretenden escudarse detrás de la Biblia y la religión para adelantar su agenda de discrimen, exclusión y odio, verdadera «abominación» ante los ojos de Dios.
Desde el punto de vista puramente práctico, no es posible admitir que cada cual decida elevar sus prejuicios a categoría de «cuestión de conciencia», pues ello llevaría a una sociedad que condone el discrimen, aceptando como válido, por fe, cualquier reclamo alegadamente basado en creencias religiosas.
¡Cuánta falsa representación del mensaje divino!
No hay comentarios:
Publicar un comentario