Al final de su escrito de hoy en el periódico, Ana Lydia Vega dice: "Barajea [el votante] sus opciones." Aunque el verbo existe, es una forma menos aceptada, siendo barajar la preferida, no solamente para referirse al juego de naipes sino para las demás acepciones, incluso la que, como en este caso, tiene que ver con posiblidades o probabilidades.
El "barajeo" me recuerda mi infancia y adolescencia, cuando jugábamos con barajas y empleábamos esa forma pueblerina para referirnos a la mezcla de las cartas al azar antes de empezar cada mano. Evidentemente, a Ana Lydia también.
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