domingo, 8 de noviembre de 2015

Para nombrar el mal

Con este vocabulario raquítico que padecemos, hemos dejado de nombrar ciertas cosas de nuestro entorno, incluidas las muchas negativas de las que hablamos continuamente. Por eso, palabras como nefando y nefario, para referirnos a la gente malvada y sus actos, que justamente nos causan repugnancia y horror, no las usamos nunca, pues las desconocemos. Quedamos, pues, limitados a usar los mismos términos para denunciar el crimen violento, sin aprovechar la riqueza léxica de nuestra lengua para comunicar lo que pensamos y sentimos acerca de una delincuencia cada vez más cruenta y despiadada.

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