martes, 10 de noviembre de 2015
lunes, 9 de noviembre de 2015
El fascismo nuestro de cada día
Hoy se celebra en algunos círculos el Día Internacional contra el Fascismo y el Antisemitismo, inspirado en los sucesos de esta fecha en 1938 conocidos como la «noche de los cristales rotos», de ataques a las personas y propiedades judías en la Alemania nazi. Aquello fue el comienzo de la campaña de exterminio que ha pasado a la historia como el Holocausto.
El fascismo ha tenido muchos avatares desde entonces; distintos acentos y uniformes, pero siempre se distingue por la intolerancia de la diversidad y su uso del poder del Estado para eliminar a los «indeseables». Es una inclinación que está presente en toda sociedad, presta a manifestarse cuando se le conjura por boca de demagogos. A partir del 11 de septiembre de 2001, algunas democracias formales han manipulado el estado de derecho para incorporar el fascismo a su ordenamiento jurídico, disimulándolo como medidas antiterroristas.
Por eso, hoy y todos los días tienen que ser el de luchar contra el fascismo.
El fascismo ha tenido muchos avatares desde entonces; distintos acentos y uniformes, pero siempre se distingue por la intolerancia de la diversidad y su uso del poder del Estado para eliminar a los «indeseables». Es una inclinación que está presente en toda sociedad, presta a manifestarse cuando se le conjura por boca de demagogos. A partir del 11 de septiembre de 2001, algunas democracias formales han manipulado el estado de derecho para incorporar el fascismo a su ordenamiento jurídico, disimulándolo como medidas antiterroristas.
Por eso, hoy y todos los días tienen que ser el de luchar contra el fascismo.
domingo, 8 de noviembre de 2015
Para nombrar el mal
Con este vocabulario raquítico que padecemos, hemos dejado de nombrar ciertas cosas de nuestro entorno, incluidas las muchas negativas de las que hablamos continuamente. Por eso, palabras como nefando y nefario, para referirnos a la gente malvada y sus actos, que justamente nos causan repugnancia y horror, no las usamos nunca, pues las desconocemos. Quedamos, pues, limitados a usar los mismos términos para denunciar el crimen violento, sin aprovechar la riqueza léxica de nuestra lengua para comunicar lo que pensamos y sentimos acerca de una delincuencia cada vez más cruenta y despiadada.
sábado, 7 de noviembre de 2015
Solo en el Sur
Bueno, lógico. Esto no debería ser noticia. El Tribunal Supremo de Mississippi acaba de decidir en votación cerrada que el divorcio de parejas homosexuales es legal. Que una controversia así llegue a ese nivel judicial dice mucho -- y muy mal -- del sistema jurídico de ese estado. Si es lícito el matrimonio homosexual, tiene que también serlo el divorcio de esas parejas. De lo contrario, se daría un discrimen absurdo: las parejas heterosexuales se podrían divorciar, pero las homosexuales no.
Lo peor es el razonamiento de la disidencia, basado en un pronunciamiento del Juez Presidente del Supremo de Estados Unidos, según el cual un tribunal de un estado no está obligado a obedecer el dictamen del Supremo cuando no está basado en una interpretación constitucional. Aparte de lo acomodaticia de esta postura, y la dificultad práctica de aplicarla, lo cierto es que, en este caso, el matrimonio homosexual se legitimó a base de un derecho constitucional.
En fin, hay cosas que solo se entienden como parte de esa subcultura sureña americana que los coloca al margen de una buena civilización.
Lo peor es el razonamiento de la disidencia, basado en un pronunciamiento del Juez Presidente del Supremo de Estados Unidos, según el cual un tribunal de un estado no está obligado a obedecer el dictamen del Supremo cuando no está basado en una interpretación constitucional. Aparte de lo acomodaticia de esta postura, y la dificultad práctica de aplicarla, lo cierto es que, en este caso, el matrimonio homosexual se legitimó a base de un derecho constitucional.
En fin, hay cosas que solo se entienden como parte de esa subcultura sureña americana que los coloca al margen de una buena civilización.
viernes, 6 de noviembre de 2015
Lo que es menester
Son muchos, pero ya nadie los nombra de esta manera, supongo que por ignorancia. Se trata de los menesterosos, especie humana en peligro de expansión acelerada, a causa de las políticas económicas de empobrecimiento y explotación instrumentadas por la clase patronal y los gobiernos que le sirven. El Diccionario de la RAE nos dice que el menesteroso es «falto, necesitado, que carece de una cosa o de muchas». Exactamente lo que le ocurre a los empleados, obreros, trabajadores y exmiembros de la clase media.
Me parece, entonces, que es menester ponerle alto a estas políticas neoliberales que nos condenan a pasar a la larga fila de los menesterosos en todo el planeta.
Me parece, entonces, que es menester ponerle alto a estas políticas neoliberales que nos condenan a pasar a la larga fila de los menesterosos en todo el planeta.
jueves, 5 de noviembre de 2015
Contra lo nato en la tierra del vallenato
Los indígenas en todo el mundo han sufrido y continúan sufriendo el peor de los discrímenes. La injusticia y la ironía no pueden ser mayores: los habitantes originales de una tierra se ven desplazados y marginados en ella. Y si a eso se le añade el trato a los descendientes de los africanos, se completa el cuadro de la inhumanidad del ser humano con sus propios antepasados.
Amnistía Internacional llama la atención al gobierno de Colombia acerca de la situación de desalojo en la que se encuentran estos dos grupos poblacionales colombianos, como resultado del prolongado conflicto armado en el país y de intereses mineros que obstaculizan el regreso de estas gentes a sus tierras, todo ello a despecho de lo que dicta una ley de 2011 sobre la reparación a estas víctimas.
He aquí otro ejemplo de cómo las democracias y gobiernos alegadamente liberales y respetuosos de los derechos humanos oprimen a los menesterosos dentro de sus propias fronteras, mientras pretenden dar cátedra de buen gobierno a países vecinos.
Amnistía Internacional llama la atención al gobierno de Colombia acerca de la situación de desalojo en la que se encuentran estos dos grupos poblacionales colombianos, como resultado del prolongado conflicto armado en el país y de intereses mineros que obstaculizan el regreso de estas gentes a sus tierras, todo ello a despecho de lo que dicta una ley de 2011 sobre la reparación a estas víctimas.
He aquí otro ejemplo de cómo las democracias y gobiernos alegadamente liberales y respetuosos de los derechos humanos oprimen a los menesterosos dentro de sus propias fronteras, mientras pretenden dar cátedra de buen gobierno a países vecinos.
miércoles, 4 de noviembre de 2015
De un lado oscuro
Debería figurar más en nuestro vocabulario de pueblo, pero ladino ya casi no se escucha o se lee. Por supuesto que hay muchos «astutos, sagaces y taimados»; lo que ocurre es que nuestra gente no los sabe nombrar de esa manera. Conste que la astucia o sagacidad de la que se trata no es nada positiva, sino una que se da de manera reprochable. El ladino funciona con disimulos y subterfugios, para lograr su propósito. Es decir que la palabra no es un halago, sino una condena por un proceder de dudosa ética o moral.
Como dije, hay ladinos y ladinas, que ni botándolos.
Como dije, hay ladinos y ladinas, que ni botándolos.
lunes, 2 de noviembre de 2015
«¡Apunten...!»
En Utah, tierra de mormones -- gente muy modosa -- un juez federal ha validado el fusilamiento como método de ejecución de la pena de muerte. Por esos interminables vericuetos procesales de la justicia estadounidense, el condenado a muerte lleva 30 años sin que se cumpla la sentencia. La validez de su condena ha estado en discusión todo este tiempo, habida cuenta de una condición mental que lo llevó a declarar que los dos asesinatos cometidos fueron por revelación divina. Pero, a pesar de eso, el Estado insiste en que se cumpla la sentencia de este hombre que ya tiene 74 años. El juez ha dictaminado que el Tribunal Supremo de Estados Unidos no ha declarado ningún método de ejecución como «cruel e inusitado»; así que, ¡a fusilarlo!
Así se sigue escribiendo la historia ignominiosa de la judicatura de ese país, que avala la pena de muerte en un mundo que hace tiempo la ha rechazado de manera abrumadora.
Así se sigue escribiendo la historia ignominiosa de la judicatura de ese país, que avala la pena de muerte en un mundo que hace tiempo la ha rechazado de manera abrumadora.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Para gozar
El habla popular nuestra ha perdido ingenio y sabrosura. Por ejemplo, ya nadie habla de una mujer «donairosa, alegre y desenvuelta» como jacarandosa. El término evoca un contexto de celebración y fiesta; de bailar y cantar. Algo que nunca pasa de moda, pero ya no se nombra de esta manera tan pintoresca.
Como he dicho antes, hemos empobrecido nuestra cultura léxica, reduciendo las formas de describir la realidad y lo que pensamos y sentimos ante ella. Nuestra lengua se ha vuelto sosa y, a falta de recursos expresivos, dependiente de epítetos y vulgaridades.
Como he dicho antes, hemos empobrecido nuestra cultura léxica, reduciendo las formas de describir la realidad y lo que pensamos y sentimos ante ella. Nuestra lengua se ha vuelto sosa y, a falta de recursos expresivos, dependiente de epítetos y vulgaridades.
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