Como de cualquier otra cosa, se puede abusar de la libertad. El derecho constitucional a la libre expresión, aunque amplísimo, tiene límites. Hay personas o grupos que, amparándose en esa protección, pretenden adelantar causas históricamente repudiables, como si fueran ejercicios legítimos de la libertad de expresión.
El Sur de Estados Unidos -- que es más que una mera región -- apela al principio constitucional para mantener vivo el símbolo de la opresión y el separatismo que lo llevó a la Guerra Civil. Desde hace mucho, se litiga el derecho de desplegar la bandera confederada en edificios y espacios públicos. Debe recordarse que esa enseña no solo representa la secesión política, sino el sistema esclavista, baldón en el carácter nacional de ese país. Por lo tanto, al igual que en el caso de los símbolos nazis, no se trata de una mera expresión política, sino de una afrenta grave a la dignidad humana.
Por eso, en un caso reciente en Virginia, se sotuvo la validez de una ordenanza municipal que prohíbe el uso de la bandera confederada junto a la nacional, la estatal y la del condado. Dicha decisión es consecuente con otras que no permiten esa práctica, aunque, en este caso, se justificó sobre la base de que la ordenanza prohíbe el uso de una bandera que represente una entidad privada, como la de los Hijos de Veteranos Confederados, que reclamaba ese «derecho».
No hay comentarios:
Publicar un comentario