viernes, 30 de abril de 2010

«[No] se habla español.»

Insisto en que se preste atención a la concordancia de género, número y tiempo.  El siguiente titular no lo hace, en lo que a género se refiere: «Alzan la voz por las bienes raíces.»  El titulista parece creer que la concordancia es entre el artículo y «raíces», por lo cual, como se trata de una palabra femenina, debe ser «las».  Pero, como todos los demás sabemos, son los bienes raíces, es decir, los inmuebles, a lo que se refiere.

Lastimosamente, nuestra gente desconoce las cosas más elementales del español.  Para la mayoría, el «difícil» no es solamente el inglés, sino también el español.

jueves, 29 de abril de 2010

«Se le ve la costura.»

La credibilidad de Ana Cacho - que desde el principio ha lucido frágil - ahora presenta una fisura considerable.  No es meramente que ella sea adicta a drogas - pues ello no significa automáticamente que sea culpable - sino que su admisión es bastante tardía, y se produce mucho después de sus «golpes de pecho» como madre ejemplar, y a la vez, inmediatamente después de que se anuncia que uno de los tres hombres que la visitaron esa noche ha decidido contar lo que pasó.

La estrategia de la defensa es tan obvia como sencilla.  Se sientan las bases para un planteamiento de responsabilidad penal atenuada o disminuida, por razón de su estado mental producto de la adicción.  Además, se va sembrando en la mente de los posibles jurados la idea de que ella es una «enferma» digna de pena.

miércoles, 28 de abril de 2010

«Homo logos»

Hace algún tiempo, en una conversación con un amigo argentino que residía en España, él me contaba que había tenido ciertas dificultades para homologar su título profesional allá.  Confieso que, aunque sabía lo que significa el sustantivo homólogo, desconocía la forma verbal, que, por supuesto, significa convalidar el grado académico obtenido en otro sitio.  Hoy comprobé que no estaba solo; una persona entendida en estos temas, me confesó que tampoco conocía ese uso.

Enriquecemos nuestro vocabulario con el contacto con otras culturas.  Una mera conversación con un extranjero, como en este caso, puede dar lugar a conocer palabras o usos lingüísticos distintos de los de nuestro país.

martes, 27 de abril de 2010

«...pa' que [ellos] lo sepa[n].»

Me parece que a los americanos - que a la menor provocación discriminan contra los latinos y otras etnias - la invalidación de los certificados de nacimiento boricuas le ha venido como anillo al dedo a su xenofobia. Esta ley y la emisión de un nuevo formato responden a un supuesto uso extraordinario de los certificados actuales con fines ilegales. Los casos recientes ocurridos en Iowa y en Georgia demuestran la tendencia americana de creer siempre lo peor sobre nosotros y el resto de los latinoamericanos. De ahí la reacción apresurada, de no aceptar los certificados, que ha tenido que ser corregida rápidamente.

El reclamo de la organización defensora de los derechos de los puertorriqueños en Estados Unidos al Gobierno de Puerto Rico debe ser atendido. Comprendo que se quiera complacer a los amos del Norte, pero a Kenneth se le fue la mano, y esto debe hacerse de manera más juiciosa.

lunes, 26 de abril de 2010

Ni pagando rescate...

Sobre las continuas tribulaciones papales, se lee en la prensa: «Papa pide a curas rescatar confianza».  Pues, francamente, no; «rescatar» supone el pago de un precio o la recuperación física de algo perdido o en peligro de perderse.  Lo que el titulista ha querido decir es recobrar la confianza en los sacerdotes, que, al paso de las revelaciones, parece algo en peligro de extinción en todo el planeta.

Como he dicho tantas veces, hay palabras cuyo significado general es parecido, pero no se pueden usar indistintamente, sin fijarnos en sus acepciones particulares.  Tenemos que conocer los términos que corresponden a la forma que hemos escogido para expresar una idea.  La expresión no es una lotería, en la cual uno acierta «por aproximación».  Saber un idioma incluye conocer estas relaciones lingüísticas, para poder usarlas adecuadamente.

domingo, 25 de abril de 2010

Fallos y veredictos amañados

No sé cómo no se les cae la cara de vergüenza.  En un «juicio» militar celebrado en Irak, ya van por dos las absoluciones de los cuatro Navy SEALS que participaron activa o pasivamente en la paliza a un detenido por la sospecha de que había organizado la muerte de unos contratistas americanos que trabajaban allá.  El motivo de la exoneración es "insufficient evidence", es decir, que no le creyeron a la víctima, y sí a sus victimarios, miembros del cuerpo castrense que los juzga.

Y es que, excepto en casos extremos, no le van a creer a los iraquíes o a los afganos, cuando denuncien un atropello o, peor aun, un crimen contra ellos por parte de la soldadesca americana borracha de prepotencia y ciega de odio.  Los tribunales militares existen para proteger a las tropas, mientras se cubren las apariencias de un estado de derecho inexistente.

sábado, 24 de abril de 2010

Parece un chiste...pero no lo es.

Es una tontería, pero no puedo dejar de señalarla, por lo gracioso que resulta.  En una nota aclaratoria que publica la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, se lee: «Por error involuntario en la convocatoria publicada el 18 de abril de 2010,  la cantidad debo leer: $534,328.00.  Perdonen los incovenientes que esto pueda causarles.»

Yo diría que la Procuradora debe procurar ser más cuidadosa.  De paso, es de suponer que el error es «involuntario», pues, de lo contrario, si es voluntario, ya no sería un error, sino un intento de ofrecer una información falsa a sabiendas.  En todo caso, habría que decir que lo ocurrido fue por inadvertencia.

viernes, 23 de abril de 2010

Menos mal que el asesinato no prescribe.

Poniendo por delante lo delicado de las pericias forenses, llama la atención el tiempo que han tardado en el caso del niño Lorenzo González.  Hace varias semanas que la Dra. Conte, Directora del Instituto de Ciencias Forenses, viene diciendo que todo está casi listo, excepto un informe que nunca ha sido precisado.  Ahora se ha dicho que los fiscales han pedido otros análisis.  Todo parece indicar que el esclareciemiento de la muerte del niño depende de los hallazgos contenido en esos informes.

Irónicamente, recuerdo que, cuando el Dr. Pío Rechani era Director del ICF, la Dra. Conte, siendo ella su subalterna, «no le sacaba el guante de la cara» con sus críticas, pues, según ella, allí nada se hacía bien.  Esperamos que esos informes sean inexpugnables...cuando se produzcan.

jueves, 22 de abril de 2010

Para «curarse en salud»

En la redacción de textos profesionales, sobre todo, debe tenerse el cuidado de hacerle claro al lector que ciertos términos, aunque erróneos en español, son de uso común en una disciplina y, por lo tanto, se incluyen, a sabiendas, con el significado incorrecto. Es el caso, por ejemplo, de «bizarro» como si fuera bizarre, y «consistente», como si se tratara de consistent.  En situaciones como éstas, lo mejor es poner una nota al calce en la que se señale el verdadero significado de los vocablos en español y la razón por la cual se emplean con el significado en inglés.

Que no es otra que la falta de cultura, pero, bueno...

miércoles, 21 de abril de 2010

La inutilidad de las leyes

La inoperancia de la ley de la receta electrónica pone de manifiesto, entre otras cosas, el error de disponer términos demasiado breves para que las leyes entren en vigor, en general, y sobre todo, cuando es necesario aprobar reglamentos para su plena eficacia.  Con demasiada frecuencia, las leyes tienen vigencia inmediata o en plazos de 30 o 60 días.  Pretender que se preparen y se aprueben reglamentos - a veces sobre cuestiones de cierta complejidad - en periodos tan cortos es legislar de espaldas a la realidad.

El resultado es previsible: las leyes no se cumplen o sólo a medias, pues no hay los mecanismos adecuados para ello.  De esta manera, el ciudadano le sigue perdiendo el respeto a la ley, pues la encuentra inútil o superflua, y el estado de derecho se queda en el papel.

martes, 20 de abril de 2010

Crisis lingüística

Leo el titular: «Obispo cita gravedad de la crisis cubana».  Pues, el monseñor comulga con Pero Grullo, porque las crisis siempre son graves; de otra forma serían problemitas.  No me canso de decir que hay ciertas palabras que tienen significados y acepciones precisas conocidas generalmente, por lo que no hace falta adjetivarlas para puntualizar o recalcar el mensaje que transmiten.

Por supuesto, a veces hay interés de magnificar una situación, por lo que se utiliza vocabulario redundante o reiterativo.  La prensa, contraria al régimen cubano, no va a detenerse a considerar cuestiones lingüísticas como ésta...

lunes, 19 de abril de 2010

Al grano

Me parece buena la iniciativa del Secretario de DACO, al exigir que las querellas vengan acompañadas de un estimado de cuánto cuesta reparar el daño o arreglar lo defectuoso que da lugar a la reclamación en el foro administrativo.  Se trata de una forma de ahorrar tiempo en el trámite, adelantando esa parte que, invariablemente, se produce en el proceso adjudicativo.  Con ello, se brinda mayor credibilidad a las alegaciones y, de entrada, se pone al juzgador de los hechos en una mejor posición de aquilatar la prueba.

Modificaciones procesales como ésta son las que hacen falta para que el derecho administrativo sea más «justo, rápido y económico».

domingo, 18 de abril de 2010

El primer pecado es la soberbia.

Puede ser un error de imprenta o un gazapo, pero así reza un titular periodístico: «Acto de contricción del Papa en Malta».  El pobre hombre, que no pega una desde que se sentó en el trono de San Pedro, ahora parece que se le ha olvidado hasta el catecismo, pues todo el mundo sabe que al «dolor de corazón» y el arrepentimiento por los pecados se le llama contrición.  


Así que Ratzinger - que no ha demostrado estar muy contrito por lo que ha hecho con el asunto de los curas pederastas -  estará haciendo alguna otra cosa, menos sentirse mal por haber amapuchado todos esos casos.

sábado, 17 de abril de 2010

No hay que ser un genio.

El lío de la Casa del Veterano ha dado lugar a un guisito bueno para una empresa americana. Se informa que se ha contratado a una compañía para, en esencia, enderezar las cosas allí, al son de $135,000 por cinco semanas de trabajo, es decir, $27,000 semanales. Algunas de las medidas que ya se han tomado son exigirle a los médicos y a las nutricionistas ver a los pacientes todos los días, en vez de una vez a la semana, además de contratar personal de enfermería adicional.

¿Y para eso hay que pagarle $27,000 semanales a unos americanos? ¿Es que somos tan imbéciles que no podemos buscarle soluciones evidentes a problemas como ésos? Es un despilfarro de fondos contratar gente para que nos diga lo que cualquiera con dos dedos de frente sabe. Se quiere hacer ver que estas cosas son complicadísimas, para justificar estas contrataciones con entidades privadas que resultan abusivas y onerosas al erario. De ahí que uno de los criterios que el Contralor aplica al evaluar transacciones como éstas es su razonabilidad o extravagancia, sobre todo, habida cuenta de la situación fiscal gubernamental.

viernes, 16 de abril de 2010

Una estupidez

El lector consecuente de este espacio sabe que tengo mis diferencias con la Real Academia de la Lengua Española, siendo una de ellas la aceptación innecesaria de vocablos de otras lenguas, bien tal cual o con alguna adaptación.  En estos días de gran actividad deportiva en el país - sobre todo en mi Mayagüez natal - viene a mi mente el «dopaje» y toda su parentela.  La palabreja surge del inglés dope, que significa «droga».  Pero, es el caso que «dopaje» no es otra cosa que la prueba o pruebas para detectar el uso de drogas por parte de los atletas.  No veo por qué haya que inventar una palabra para describir una cosa tan sencilla.

Por cierto, coloquialmente, dope también significa «estúpido».  Yo diría que es una estupidez usar estos términos en español.

jueves, 15 de abril de 2010

Una teoría de adjudicación sencilla

Como principio general, las decisiones judiciales deben estar basadas en aquel viejo dictum de Serrano Geyls como Juez Asociado en nuestro Tribunal Supremo: «Los jueces no deben creer lo que nadie más creería.»  Hay cosas que son improbables e inverosímiles, y la experiencia, la inteligencia y el sentido común nos las señalan.  En el derecho civil se decide a base de la «preponderancia de la prueba», es decir, lo que es más probable que haya ocurrido.  En el derecho penal se aplica la «duda razonable», que no es cualquier duda pendeja, porque hay dudas «irrazonables».

Hay criterios judiciales muy extraños, que parecen exigir certezas absolutas y matemáticas.  Ése no es el Derecho ni la forma de hacer Justicia.

miércoles, 14 de abril de 2010

No arruinemos el español tampoco.

Existe la tendencia a repetir, innecesariamente, las palabras en una oración, haciendo caso omiso de los recursos gramaticales que lo evitarían, sin que se afecte la claridad del pensamiento.  Hoy, en la noticia de que quieren «urbanizar» zonas aledañas a El Yunque, se lee esta declaración de una opositora: «No deben arruinar esta zona y llenarla de cemento para construir villas para personas ricas que no necesitan esas villas.»

De acuerdo, pero la ciudadana debió decir «...que no las necesitan», refiriéndose, obviamente, a las villas.  Precisamente, la función del pronombre - en este caso, «las» -  es evitar la repetición del sustantivo «villas» en una oración relativamente corta, en la cual no hay lugar a confusión acerca de cuál  es el antecedente.

martes, 13 de abril de 2010

Un caso que «llora ante los ojos de Dios»

Elsa Soler dice que ella ha deseado haber sido la que muriera en el «accidente» en que ella mató a esos dos niños.  Mas, hay varios elementos que ponen en duda su «dolor de corazón».  En primer lugar, al día de hoy, ella no ha explicado lo que pasó, limitándose ahora a decir que se trató de un «accidente desgraciado», término que, seguramente, se lo suplieron sus abogados, pues no es una expresión que conocen los legos.  Incluso, dice que «no sabemos por qué pasó», por lo cual, hay que concluir que ella no tiene explicación de por qué su vehículo salió de la vía de rodaje e impactó al otro.  Pues, como no estuviera consciente en ese momento, no veo que eso pueda ser posible.  La realidad es que ella hizo alegación de culpabilidad por homicidio negligente, lo cual elimina la posibilidad de que fuera un «accidente desgraciado» porque accidente es un hecho casual y la negligencia es un hecho causal.


Por otra parte, ante dos ocasiones de dejar constancia oficial de su arrepentimiento, escogió guardar silencio, para luego espepitarse con la prensa en un montón de declaraciones exculpatorias.  Ella no tiene que sentir que debió morir.  Hay algo menos dramático que eso, pero que le hubiera quedado mejor: aceptar una pena de cárcel como castigo justo por haber matado a dos niños a causa de su negligencia.  Nancy Hernández no mató a nadie y está presa.  Dicho sea de paso, los tribunales no están obligados a aceptar la solicitud de sentencia del Ministerio Público a base de una alegación pre acordada ni el informe de un oficial probatorio.  El juez pudo haber impuesto una sentencia de reclusión, aunque fuera mínima, ante el hecho, entre otros, de que la acusada no mostró señales de arrepentimiento, sino de que lo único que hizo fue «negociar» para tratar de obtener el beneficio de una sentencia suspendida.

Por supuesto, ya sabemos lo que pasó. Ella «compró» su probatoria, transigiendo el pleito en su contra, con acuerdo de confidencialidad incluido.  Así, no se sabrá cuánto pagó para que los padres no tuvieran «interés» en el caso penal. Y aquí paz, y en el cielo...dos niños inocentes que apenas vivieron.

lunes, 12 de abril de 2010

Para evitar que nos «sancionen»

Hay que tener mucho cuidado con sustantivos o verbos que tienen más de un sentido y, dependiendo del contexto, podrían producir un equívoco.  Es el caso de sancionar, que, por un lado, significa dar fuerza de ley o aprobar algo y, por el otro, se refiere a aplicar un castigo.  De manera que tiene un significado positivo y otro negativo.  Por ello, una expresión al efecto de que se ha «sancionado» una conducta nos deja con la duda de si se ha aprobado o castigado.  Es preferible, entonces, usar verbos como «aceptar», «aprobar», «castigar» y «rechazar», que comuniquen inequívocamente lo que se quiere decir.

domingo, 11 de abril de 2010

«Habla hoy y muérete mañana.»

Amnistía Internacional, organización que, cuando critica las violaciones de derechos humanos en otros países, es aplaudida por Estados Unidos, ahora ha emitido un informe en el que señala que ese país ha violado sistemáticamente los derechos humanos de los desplazados - casi todos negros - por el huracán Katrina hace cinco años.  Se apunta que en asuntos de vivienda y salud, además de en el trato de las fuerzas del orden público, se ha registrado un discrimen amplio, lo cual no ha permitido que estas personas rehagan sus vidas, principalmente en Nueva Orleans.

Esta denuncia coloca a Estados Unidos en la situación incómoda de desmentir a la prestigiosa organización con la que concuerda en sus señalamientos contra países como Cuba, Corea del Norte e Irán, entre otros.  Pero, claro, de acuerdo con los americanos, A.I. tiene razón en todos esos otros casos, y se equivoca en el suyo.

sábado, 10 de abril de 2010

De un soldado de fila

Por supuesto que líder -del inglés leader -  y su parentela están aceptados en español hace mucho tiempo, pero me parece que se abusa del término.  Dependiendo del contexto, hay otras palabras que se pueden usar para expresar este concepto.  Dirigente, por ejemplo, es la principal, pues cabe emplearla ampliamente.  Cabecilla sirve cuando se habla de una banda o pandilla; caudillo sirve para describir a ciertos gobernantes o políticos.  Se utiliza capitán, en sentido figurado, para designar al jugador de un equipo que lo inspira con su ejemplo.  También puede hablarse del portaestandarte de una causa o de un movimiento.

En fin, no hay que limitarse a un solo vocablo en estos asuntos.  Nuestra lengua nos ofrece opciones adecuadas, y debemos aprovecharlas.

viernes, 9 de abril de 2010

Derecho a ser feliz

No se entiende la naturaleza y la función de la Constitución; por eso, se propone, livianamente, enmendarla a cada rato para propósitos muy particulares y limitados.  Ahora vuelven con la pretensión de incluir el matrimonio heterosexual como  disposición constitucional.  El matrimonio, sea entre los dos géneros o uno solo, no es un asunto de una envergadura que amerite su inclusión en la Constitución.  Basta lo que disponga el Código Civil o cualquier estatuto al efecto.  No hace falta trastear la Constitución para limitar el matrimonio a un hombre y una mujer.

Los problemas que tiene la familia puertorriqueña no se resuelven con prohibirle a los homosexuales que se casen.  Los hombres y las mujeres seguirán casándose y procreando.  A menos que exista el temor de que miles de homosexuales actualmente casados dejen a sus cónyuges para casarse con personas de su mismo sexo, no veo cómo se «protege» la familia prohibiendo que los homosexuales se casen.

Como cuestión de derecho, en todo caso, si entiendo bien la Constitución, los homosexuales deberían tener derecho a casarse entre sí, por respeto a su intimidad y al derecho al pleno goce de su «esencial igualdad humana».

jueves, 8 de abril de 2010

Yo también tengo mi...

De un tiempo a esta parte, se usa y abusa de la palabra expertise para referirse a personas o entidades que, supuestamente, son «la última Coca Cola en el desierto» intelectual en el que vivimos. Casi siempre se trata de americanos o de gente a la que se quiere favorecer económicamente con algún contratito millonario.

Pero, es el caso que la palabra en inglés está demás, pues pericia, conocimiento pericial o especialidad comunican perfectamente lo que se quiere decir. Claro, decirlo en inglés da la impresión de que es algo más complicado y de que conocemos la lengua de Shakespeare, y eso siempre es un plus, diría Odette Piñeiro.

miércoles, 7 de abril de 2010

Impericia forense

Haciendo la salvedad de que la prensa pueda no haber apreciado bien lo que se ha querido decir, resulta un tanto extraña la aparente actitud de la Directora del Instituto de Ciencias Forenses ante el cuestionameiento de cuán completas pueden ser la pericias efectuadas en la escena del crimen del niño Lorenzo, concretamente, en lo que respecta al colchón, como si se tratara de una pieza de poca importancia. Sus respuestas dan la impresión de que hay suficiente prueba para llegar a una conclusión certera. Ojalá sea así.

De todas maneras, si es cierto que hubo arreglos y limpieza en esa casa, antes de que llegaran la policía, los técnicos forenses y la fiscalía, alguien tendrá que responder por ello, pues alterar una escena es ilegal y aconsejarlo o permitirlo también.

martes, 6 de abril de 2010

Aprendamos español obligatoriamente.

Leo el siguiente titular: «Educación física será mandatoria».  Pues, me parece muy bien, aunque los educadores deberían aprovechar para aprender que el término correcto es obligatoria.  Aquí lo que ocurre es que en inglés se puede decir mandatory, y ya sabemos que a los boricuas nos encanta suponer que lo dicho en inglés se puede decir en español con una pequeña variación.

Es cierto que existe la palabra mandato y toda su parentela, pero se trata de una figura jurídica que nada tiene que ver con algo compulsorio, sino con la facultad para hacer algo por cuenta de otro.

lunes, 5 de abril de 2010

¡Qué «lindo»!

Ese Tribunal Supremo de Estados Unidos, tenido por tantos como lo más sagrado en materia de Derecho en el mundo conocido, acaba de negarse a considerar una apelación de los infelices habitantes indígenas de parte de las Islas Marshall - sí, las del «Pacto de Libre Asociación» - sobre si pueden demandar al Gobierno de Estados Unidos por haber detonado el equivalente a casi dos bombas atómicas diarias durante 12 años, mientras las islas eran un «protectorado» de los americanos.  ¿Alguien dijo Vieques?

«Sometido por el expediente.»

domingo, 4 de abril de 2010

Cuestión de confianza

El contacto diario con España - desde hace tiempo hecho posible por TVE - ha tenido como consecuencia la adopción de ciertas palabras, giros o modismos que por acá no conocemos o son desusados entre nosotros.  Por ahí anda el término fiable, forma que puede confundirse fácilmente con confiable, de uso muy común.

Lo que ocurre es que «fiable» es una persona a la cual se puede fiar, como en el caso de un imputado de delito, o una cosa de la que se puede depender.  En cambio, «confiable» sólo se puede aplicar a una persona que tenga los merecimientos para ello.

sábado, 3 de abril de 2010

Cuentas [sucias] claras

Para que no haya confusión: el hecho de que las gestiones legislativas de Héctor Martínez hayan sido infructuosas, no lo relevaría de culpa penal, si se prueba que fue sobornado.  El soborno se comete, independientemente de que redunde en éxito.  Y lo cometen, tanto el que lo ofrece como el que lo acepta.

Hago hincapié en esto porque, en días pasados, la defensa de De Castro Font ha insistido en que su defendido recibió las sumas que se le imputan, sin que ello se tradujera en legislación aprobada.  Dejando a un lado la estricta veracidad sobre la gestión legislativa de Jorgito, lo más que podría decirse es que éste cogió de tontos a quienes lo sobornaron - por lo menos, a algunos de ellos - pero eso no significa que no se haya cometido el delito de soborno.

viernes, 2 de abril de 2010

Una distinción importante

El diccionario - aun el de la Real Academia - no siempre da la idea más precisa de los significados de las palabras. Por ejemplo, la diferencia entre eficacia y eficiencia no queda del todo clara, de una mera lectura de sus definiciones en el diccionario. La realidad es que la hay. Eficacia se refiere al logro de un objetivo o un resultado. Eficiencia se refiere a la forma en que se logra ese propósito. Una persona puede ser «eficaz» en obtener un resultado en su trabajo, pero no ser «eficiente» porque se tarda mucho y emplea muchos recursos para lograrlo. Lo ideal es que seamos eficaces y eficientes en lo que hacemos.

jueves, 1 de abril de 2010

Un caso cada vez más curioso

Prima facie, es significativa la decisión judicial de colocar las hermanas del niño asesinado con terceros que no son parte de la familia.  Ello hace suponer que ni la madre ni el padre gozan de la confianza del tribunal para atenderlas.  En el caso de la madre, las razones son obvias.  En lo que respecta al padre, parecería que hay alguna sospecha.  La exclusión de ambas familias como custodios temporeros también apunta a que no se les considera aptas para cuidarlas adecuadamente.  Es como si se les imputara «pasión, prejuicio y parcialidad», por - sobre todo la familia materna - tener una disposición a encubrir lo que la madre haya hecho.

Habrá que ver, al final del camino, cuáles han sido las razones para haber tomado esta insólita decisión tan abruptamente.